Diario de la ocupación | Martes 6 de septiembre de 2016 | Finanzismo. Funes
Migrantes! Aquí tienen su bolsa de descanso. Sean bienvenidos! Esta es su casa! Sin zapatos, por favor- dice un papel escrito a mano y pegado al lado de una pequeña habitación en penumbras, con el suelo forrado de unas extrañas bolsas de dormir que tienen un exterior de arpillera y un interior de seda suave y colorida. Desde la pared del fondo avanza muy lentamente un contingente de migrantes sirios (la proyección es tan lenta que más parece una foto que se mueve).
El mensaje aparenta tener al menos dos destinatarios: los migrantes extenuados a quienes se ofrece cobijo, y el público de arte a quien se le pide que respete la integridad de la obra quitándose los zapatos. ¿La invitación es a poner el cuerpo allí donde otro sufre? ¿O se trata de mostrar la distancia insalvable que media entre el arte y la acción política?
En la pared de al lado se lee:
El humanitarismo socorre a los seres vivos por estar incluidos en la humanidad, pero no los incluye en ningún territorio. Toma nota de una situación: los derechos de quienes no tienen capacidad política para interactuar con los derechos del ciudadano.”
J. Rancière
CNB Casa tomada 