Emisión-Difusión de Javier Plano

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Diario de la ocupación | Viernes 18 de noviembre de 2016 | Emisión-Difusión de Javier Plano

Televisores viejos, de tubo, de diferentes formatos, tamaños y modelos de pantalla, pero todos previos a la tecnología de la TV color integran la instalación Emisión/Difusión de Javier Plano.

Diseminados por los pisos de Casa tomada, difunden textos, voz, sonidos e imágenes en un formato parecido al MS-DOS.

“Emisión/difusión es una transmisión de TV como obra de arte -señala el artista Javier Plano- pero también como medio alternativo y autoreflexivo”, y agrega: “Un emisor de radiodifusión analógica, que transmite contenido audiovisual dentro de la banda de frecuencias reservadas para la televisión de aire licenciada, es un medio que reflexiona sobre sí mismo, sobre lo que la televisión significa, técnica, social, y culturalmente. Pretendo llevar esta reflexión al espectador, alejándolo de su rol algo pasivo frente al televisor, y alentándolo a hacer uso de la tecnología aún disponible de la televisión analógica. El proyecto trabaja sobre una utopía: un medio más accesible + un espectador vuelto productor = un canal de televisión por televidente.”

La televisión como sistema para la transmisión y recepción de imágenes y sonidos a distancia, los contenidos que recibe el espectador y el control de esos contenidos son algunos de los temas que se ponen de manifiesto en estas pantallas. Citas de Marcuse y McLuhan y la frase “Canal 4. Transmisión de TV pirata” dan la pista a quien se detenga a observar.

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Desobra. Sayavedra y Caleta

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Diario de la ocupación | Jueves 17 de noviembre de 2016 | Desobra. Mariano Sayavedra y Lucía Caleta

Hay un nuevo espacio ocupado en Casa tomada. En una primera aproximación parece caótico, pero mirado más detenidamente se percibe cierto orden. Un orden particular y complejo. Sobre la pared se proyectan imágenes: fragmentos de textos, fragmentos de películas… fragmentos.

El mundo está lleno de objetos mas o menos interesantes. No quiero añadir más. Douglas Huebler, se lee por ahí.

Verónica Goméz, la pintora que trabaja en frente, explica: “son los escritores”

Son Mariano Sayavedra y Lucía Caleta. Escritores, lectores, apasionados por los textos, por los formatos, las tipografías, por leer los textos de otros, los propios, por aprendérselos de memoria.

“El espacio fue modificándose a lo largo del tiempo, subraya él, empezó como una instalación, y se transformó en un lugar para escribir y para leer.”

Él, Sayavedra, es un actor y forma parte del equipo de Educación de la casa devenido en okupa hasta fin de noviembre.

La numerosa cantidad de papeles escritos que están adheridos en las paredes, desparramados por el piso, proyectados en las paredes, apilados en las mesas sorprende a la gente que pasa por ahí. “Todo empezó con la idea de usar material de aquí de la Casa, textos, todo lo que tuviera que ver con la palabra escrita y que se fuera a descartar: impresiones, volantes, esquelas manuscritas, mails, notas, tickets. Palabras, palabras borroneadas, palabras descartadas. Queríamos rescatar ese residuo de escritura. Eso es Desobra: trabajar con lo que sobra. Tiene algo de azaroso, porque no se sabe con lo que uno se va a encontrar”.

“Todo el material con el que estamos trabajando se completa con la representación, no teatral, simplemente la lectura”. Una señora se detiene y lee. Involuntariamente es parte de Desobra, que adquiere un nuevo significado.

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TH | Lectura de poesía por toda la Casa

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Diario de la toma | Viernes 25 de noviembre | TH | Lectura de poesía por toda la Casa
Poemas propios
Poemas de otros
Poemas colectivos
Letras de canciones leídas como un poema
Poemas escritos en papeles sueltos
Libros de poemas
Poemas leídos desde la pantalla del celular
Poemas escritos en una libreta
Traducción al castellano de una canción en inglés y el que adivina se gana un abrazo (chivado)
Canciones leídas en inglés
Poemas anotados en cuadernos artesanales
Poemas sin terminar
Textos sueltos leídos como un poema o una prosa
Fragmentos de poema
Poemas escritos hace dos días
Poemas escritos hace mucho
Poemas manuscritos
Poemas impresos en A4
Poemas que cuentan una historia
Cuentos poema y, también,

Cuántos poemas….

Los que leen son TH, un taller horizontal de escritura. Son muy jóvenes, juegan seriamente con las palabras. Son más chicas que chicos. Tienen en común la poesía. Ah, y otra cosa: todos usan sombreros, tan variados como los textos que leen y los soportes en los que están escritos.

“¿Ya está?”, pregunta una chica luego de que otra termina de leer tres o cuatro poesías que cuentan algo de su familia.

“Ya está”, responde alguien con convicción.

“Bueno entonces, ¡muchas gracias!” saluda la primera.

Aplausos. Algunos sombreros vuelan al cielo, como volaron las palabras hace tan solo un momento.

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Juan Marcos: Miradas cruzadas sobre el interculturalismo.

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Diario de la ocupación | Miércoles 7 de septiembre de 2016 | Charla de Juan Marcos: Miradas cruzadas sobre el interculturalismo. Responsabilidad social de las organizaciones interculturales y el borramiento de los límites de la posibilidad de acción en CABA, Gran Bs. As. y Valles Calchaquíes.

Segundo piso. Murmullo. Voces. Muchas voces. Juntas pero separadas. Parce que dicen lo mismo, pero a destiempo. ¿O no es lo mismo lo que dicen? No se entiende. Se identifican palabras, expresiones, partes de frases: «fuerte identidad», «el artista comprometido es políticamente ineficaz», «el arte es, posiblemente, la única palabra, el único concepto, que nombra a una variedad de actos», «y no a la pregunta ¿qué es el arte?», «resistir estudiando», «aquí, ahora, sin fin».

La grabación que se escucha (después sabremos que es una instalación sonora realizada por el artista cordobés Lucas Di Pascuale) retumba y circula en la sala como un coro griego, como un rezo. ¿Es posible hallar sentido en un discurso colectivo y fragmentario?

En el centro de la sala, una ronda de sillas de diferentes estilos, colores, materiales, procedencias e historias espera al público. Sobre las pared empapelada con diarios y maples se ubica un cartel «La 202».

Llega la gente que parece no saber si allí es donde sucederá la charla. Se ve confundida. Una mujer invita gentilmente a pasar. Todos se sientan en la ronda, una ronda que no tiene comienzo ni final, una ronda infinita. «Hola», se saludan entre ellos sin saber muy bien qué va a pasar, qué esperar.

Un hombre dice. «La responsabilidad civil aparece donde no está la responsabilidad del Estado», «el Estado parecería decir: arréglense entre ustedes». Juan Marcos expone la investigación que lleva a cabo en este momento en Argentina sobre la responsabilidad social de las organizaciones. Sea cual fuere la organización. De repente lo que iba a ser una presentación que se prestaba a charla sobre su investigación se transformó en un “coaching”. Un ida y vuelta de preguntas sobre la toma de la Casa, sobre la producción artística, sobre la relación entre el público, la obra de arte y el trabajo del artista, sobre cultura urbana, sobre interculturalidad. Una mujer interviene con una mezcla de pasmo y admiración: «¿quién soy yo y con qué valores me abro hacia el otro?». Quien parece liderar la ronda explica: «interculturalidad es la capacidad de conectar diferentes culturas, esta noción fue mutando para no dejarla acotada al universo cultural”. El intercambio de opiniones no cesa. Casa tomada se convierte en el centro del debate. “Interculturalidad es una dimensión dialógica», «¿de qué manera yo construyo un diálogo intercultural?», “no basta con decretar Casa tomada es un lugar abierto», «los espacios de arte pueden ser un espacio de segregación también”, ¿Quiénes son los actores de Casa tomada y quién soy yo en esa relación?

La Directora de la Casa Nacional del Bicentenario, presente en el encuentro, explica:

-«Los actores de Casa tomada no se limitan a los artistas, semióticos, que ocupan el espacio. También hay otros»,

-«¿y quiénes son los otros?» esboza un hombre

– «el conjunto de empleados de la Casa Nacional del Bicentenario. Ellos también son actores, en tanto se vieron reformados con la propuesta». «Quién soy, en tanto lo que hago en Casa Tomada», finaliza.

Este encuentro se extendió sobre diferentes actores que participarían luego en la construcción del organismo (orgánico) de Casa Tomada. Pensando el tipo de integración que se podría dar con diversas culturas y de qué forma se insertaba la toma en este contexto social, pero especialmente refiriéndose al espacio del arte y la responsabilidad social.

Construcción en seco. Barbados

Diario de la ocupación | Viernes 11 de noviembre de 2016 | Construcción en seco. Barbados

Esta propuesta intenta contrarrestar, balancear, el resto de los espacios que tiene Casa tomada, donde la preocupación está puesta más en ocupar físicamente. Ocupamos, pero de manera oculta, de manera velada”

Grupo Barbados – Experimentación visual

Si el blanco es la ausencia de color, podría decirse que el silencio es el blanco del sonido. Esta habitación reproduce una situación de protagonismos algo contradictorios: blanca, deshabitada, amplia, opaca, ausente, está ocupada… de sonido. Un sonido que la puebla y que a la vez la vuelve más visiblemente vacía.

¿De dónde sale esa música? ¿Es música? ¿Cómo se explica la sensación del espacio adentro de esas cuatro paredes? ¿Qué es esa vibración que rebota en ese ningún lado? ¿Es el sonido capaz de completar el vacío visual?

Estas paredes que vibran, que cantan, que envuelven, que limitan, que encierran, traducen el silencio en una voz diferente: una voz que modifica el orden de la experiencia, porque no se sabe de dónde viene ni adónde va. Esas paredes son blancas de imagen, pero perfectamente coloridas de sonido.

Inclinación 2. D’Angiolillo

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Diario de la ocupación | Martes 27 de septiembre de 2016 | Inclinación 2. D’Angiolillo

Nessuno aveva mai sentito il suono di una grotta, sempre e solo di qualcosa che l´attraversava

Giovanni Badino.

La escalera como lugar de tránsito, como lugar de emergencia, como lugar de escape, como lugar de conexión.

Esta no-exposición está llena de escaleras de muy diversas índoles, pero justamente la de la Casa, ha sido okupada para convertirla en otra cosa.

Entre el primero y el tercer piso, las paredes de la escalera están oscurecidas, grises, casi negras. El sonido que se escucha también es apagado, metálico.

La escalera-cueva tiene una iluminación lúgubre. Iluminación que deja ver lo justo: los apliques de luz están intervenidos con fotos de cuevas, de mineros. Hay proyecciones sobre los techos y un televisor que reproduce una entrevista a Giovanni Badino.

La voz del reconocido espeleólogo italiano hablando sobre sus experimentos sonoros acerca de la circulación de las corrientes de aire en sistemas de cuevas se mezcla con otros sonidos más áridos, más inhóspitos, más abstractos, lejanos.

El recorrido es confuso. Hay unos zapatos en el suelo y unas bolsas de arena en el descanso. El ambiente es turbio, opaco. Como el de una gruta que no conduce a ningún lado. La entraña misma del edificio.

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Los misterios de Udolfo. Lectura atmosférica. Verónica Gómez

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Diario de la ocupación | Jueves 20 de octubre de 2016 | Los misterios de Udolfo. Lectura atmosférica. Verónica Gómez

«Una oleada de pasado”, dice una señora en voz alta sin dirigirse a nadie en particular y, atraída por el aroma del óleo, entra directo en el espacio que ocupa Verónica Gómez quién levanta la vista de su pintura y le sonríe ampliamente.

La señora le devuelve la sonrisa. Se ve que pinta o pintó alguna vez, porque como si se conocieran de toda la vida hablan del material: de su nobleza, del cuidado, la paciencia y la espera que exige del artista, de su versatilidad, de su belleza y, también, de su toxicidad.

“Quería hacer esta obra con óleo”, le cuenta la artista. Y habla. Mucho. Pausada y apasionadamente:

“Me basé en el libro de la escritora británica Ann Radcliffe. Una referente de la novela de terror gótico. Me interesan, sobre todo, las atmósferas brumosas que describe, los espacios tenebrosos, casi escenográficos. Vengo a leer su novela Los misterios de Udolfo, y me nutro de esas atmósferas para pintar una obra de gran tamaño. Aprovecho esta pared que es un espacio que no tengo en mi taller. La lectura y la pintura son los dos ejes de la ocupación. Si alguien pasa, me va a encontrar trabajando: leyendo o pintando.“

Los objetos de la sala reflejan ese aire victoriano y dan una pista del proceso creativo que transita Verónica Gómez. Sobre las paredes, dibujos o ilustraciones de los personajes y también citas y referencias de la novela.

Verónica Gómez ocupa Casa tomada y, a la vez, es ocupada por los misterios, las fantasías, los relatos y los climas creados por Ann Radcliffe hace más de doscientos cincuenta años.

“Por mi parte -sigue explicando-, propongo una participación afectiva, anímica. Que tiene mucho que ver con tomarse el tiempo para quedarse en algo, cosa que hoy es muy difícil. Hay cosas que fui sumando después. Por ejemplo, el espejo cuya forma tiene que ver con los rostros y que, depende dónde te ubiques, te permite sumergirte en la obra.”

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Crónica de una llegada / Principios de septiembre

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Crónica de una llegada / Principios de septiembre 

Crucé el Atlántico nuevamente. Llegué a Buenos Aires. Empecé a recorrerla, y directamente fui a La Casa. Intenté delimitar qué espacio ocupamos, dónde dejar mi cuerpo y empezar a dar forma a mis ideas, mis preguntas con los otros. Muchas cosas de lo que viví en estos cinco años de exilio empezaron a acomodarse desde que junto a la oficina de publicaciones ocupamos nuestro cuarto.

– ¿Y qué sería yo? me pregunté, pregunté.

– Vos tenés esos contactos con todos esos universos de los que me hablaste estando allá. De ese mundo anarquista, paralelo, subversivo joven, desafiante, con información oculta, con una suerte de formación escondida. Con el germen de los potenciales del siglo XXI.

Mis amigos pensé… Pensé en la militancia europea, en los riesgos, en los problemas que estaban en boga a la hora de dejar el territorio. Estado de urgencia, migrantes, guerra, atentados, daesh, la contaminación, la energía eólica, Ucrania, el inminente nuevo Chernobyl, todos los fines del mundo occidentales, pero por sobre todo la invisibilización. Nos armamos de un espacio acogedor. No pedía más que una computadora y un escritorio, quizás una impresora. Empecemos a contornear. ¿Qué pasa allá? ¿Qué influencias tenemos? ¿Qué es? Tomar un punto de partida. Un squatt. Todas las casas de militancia y creación artística que hube transitado. Vincular… Eso es lo importante.

Pablo Méndez

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Acción. Elena Dahn

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Diario de la ocupación | Viernes 21 de octubre de 2016 | Acción. Elena Dahn

El cuerpo. El espacio. El tacto. Lo laxo. Lo lejano. El movimiento. El encierro. La crisálida. La piel. El adentro. Lo opaco. Los límites. Lo cercano. La luminosidad. El afuera. Lo extraño. Lo otro.

Ese pasillo que estaba obstruido por una obra de maderas que cubrían hasta el techo ahora está libre. No se sabe cuándo pasó. El pasillo vuelve a ser transitable. Las paredes laterales, blancas, están recubiertas por una fina capa de látex de un blanco más amarillento. El espacio está iluminado por unos tubos fluorescentes que hacen que las luces de sala parezcan lánguidas, apagadas.

Al lado de cada pared, dos sillas. Al lado de cada silla, una mujer descalza. El látex frente a ellas se presenta como una segunda piel de la pared. Cada una con su técnica empieza a separarlo por el centro, arriba y abajo. Separan un poquito. Arriba. Meten una mano. Estiran. Resoplan. Meten otra mano. Abajo. Estiran. Estiran un poquito más. La superficie les opone resistencia. No es amigable, pero cede.

Los cuerpos ya están adentro de esa nueva piel que los contiene. Embriones de algo que se mueve como en una trampa. De repente, la trampa se vuelve amable. Y entonces bailan. Pegadas a ese recubrimiento que apenas las deja ver a través. Se bambolean. Rebotan. Ya no es más una prisión. Ahora es una hamaca, un juego. Estiran. Estiran más. Vuelven. Estiran. Casi se tocan. ¿Se tocan?

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